La
cuesta de enero, esas fechas en las que la gente acaba “harta” de navidad y con
los bolsillos vacíos. Gastar, gastar y gastar, permitirse lujos, todo eso se ha
acabado. Si se quiere empezar el año bien se debe de empezar a ahorrar. Como
dice el dicho “quien guarda siempre tiene”. ¿Cómo podemos solventar el mes de
enero y parte de febrero y que nuestro bolsillo salga ileso?
Recordemos
que mientras menos consumamos productos menos daño hacemos al medioambiente. Si
la demanda es menor, la oferta consigo también será menor, por lo que se
gastarán menos recursos y se contaminará menos durante su fabricación. A
principios de año llegan las subidas de precio, las tarifas y se incrementa el
coste de las cosas. Las facturas, el transporte público, todo incrementa y
quien lo sufre somos nosotros. El haber tenido excesos de gastos en navidades
ahora nos pasa factura y con las rebajas de ropas y demás nos tientan aún a
comprar más para poder aprovechar la situación.
Cuando
compramos en un supermercado, la sensación que tenemos que cada vez cuesta más
llenar el carrito de compra y tenemos menos artículos es cada vez mayor. Nos
pasa como con la gasolina, tendemos a gastar el mismo dinero, sin embargo
entran menos litros de combustible al coche.
¿Cómo
podemos solventar estas cosas y a la vez, de manera automática, contribuir al
bienestar del medioambiente?
Lo
primero es planificar y controlar los gastos en casa. Se debe de ser consciente
de lo que se gasta y lo que se gana. De esa manera podremos controlar mejor el
presupuesto familiar. Es aconsejable saber priorizar los gastos en la casa
acorde con las necesidades domésticas del día a día. Es mejor reducir los
gastos innecesarios. Si se analiza la economía familiar, seguro que existen
gastos de los que podemos prescindir.
Por
otro lado, hay gastos fijos que no pueden suprimirse porque corresponden a
necesidades básicas como la luz, el gas o la electricidad. Sin embargo, podemos
reducirlos con un consumo responsable. Utilizar bombillas de bajo consumo,
apagar los aparatos para que no consuman en stand by, no abrir las ventanas con
la calefacción en marcha o apagar las luces al salir de una estancia de la casa
son algunos ejemplos a seguir si queremos reducir esos gastos obligatorios.
A
la hora de hacer la compra, es muy recomendable pagar en efectivo en vez de con
tarjeta. De esta manera controlamos mejor el gasto. Cuidado con las rebajas de
enero y no te dejes llevar por el consumismo y los precios bajos ya que te
harán comprar cosas que no te son necesarias simplemente porque son baratas.
Para ello es mejor comparar precios por internet en distintos establecimientos.
Parece una tontería, pero se puede gastar un poco de tiempo en un día y
planificar bien las cosas. Si de verdad nos preocupa el dinero debemos de hacer
estas cosas que parecen pequeñas e insignificantes.
Por
último, implicar a toda la familia es clave, ya que uno solo no puede arreglar
el gasto del resto. Para que podamos solventar esta cuesta de enero es esencial
que toda la familia siga estos consejos. Con el dinero que nos ahorremos de
todo esto, podremos tener el mes de febrero algo más desahogado y
acostumbrarnos a los nuevos precios y modo de vida.
Muy buena información.
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