Los residuos de construcción son
residuos a los que se les presta menos atención debido a que son inertes y no
reaccionan con el medio. No os podéis ni imaginar la cantidad de residuos de
construcción que se producen en España. Desde que surgió el boom inmobiliario,
todas las construcciones de viviendas, residencias y barrios dejan tras de sí
un gran río de residuos de construcción. Estos residuos también se generan por
la demolición de infraestructuras que quedan obsoletas y se destruyen.
La composición de estos residuos reside en su mayoría en cerámicas, hormigón, piedra, arena, grava y áridos y en su minoría de vidrio, plásticos, metales y yeso. La mayoría de estos residuos son inertes en el medio, por lo que no reaccionan con nada ni son tóxicos. Podemos decir que su poder contaminante es bajo. Los residuos se deben de catalogar entre peligrosos e inertes ya que hay determinados componentes que han tenido concentraciones de plomo, alquitranes, adhesivos, etc. que son peligrosos para el ecosistema y el ser humano.
Su vertido llega a ser incontrolado y afecta al medio |
Es tal la cantidad que se generan
de ellos que debemos de hacer algo. Tan sólo en España, se han generado 47
millones de toneladas en los últimos años. Es imposible que uno no se haya dado
una vuelta por la ciudad, sea cual sea, y no haya visto contenedores con escombros,
restos de ladrillos, etc.
Pues bien, el problema que
generan estos residuos es la saturación de vertederos. Hay tanta cantidad de
estos residuos y la mayoría son voluminosos que consiguen ocupar gran parte de
los vertederos en los que vertimos los residuos sólidos urbanos. Por ese motivo,
el Plan Nacional Integrado de Residuos (PNIR) pretende reducir la generación de
estos residuos y valorizarlos mediante el reciclaje y la reutilización.
De los componentes de estos
residuos podemos reutilizar y/o reciclar:
- Los áridos se puede utilizar para fabricar áridos secundarios
- Los vidrios, metales y cartón se pueden utilizar en futuras obras o para otros fines.
- La madera y los plásticos se puede valorizar para poder producir energía con ellos.
Hace algunos años, movimientos ecologistas empezaron a
reclamar contra una situación que no sólo deterioraba el paisaje rural si no
que provocaba grandes problemas de contaminación. El vertido de estos residuos
(frecuentemente clandestinos) sin separación ni tratamiento de “inocentes”
restos de ladrillo, azulejos, hormigón y otros metales nada ecológicos desde
luego, constituyen una bomba de relojería de impacto ambiental.
Separando correctamente, se pueden aprovechar grandes cantidades de material |
Ya esto no es solo un llamado de los ecologistas y
defensores de la naturaleza, es un paso obligado para poder alcanzar el
desarrollo sostenible. Por ello, se están desarrollando planes como el PNIR y
el Plan Nacional de Residuos de Construcción y Demolición que pretenden
reciclar y reutilizar el 35% de esos residuos. Para que os hagáis a una idea,
sólo el 70% de los 47 millones de
toneladas de residuos de construcción nombrados antes, ocupan un volumen tal
como para cubrir 90 veces la superficie de estadios de fútbol como El Nou Camp
y el Santiago Bernabéu y con unos 25 metros de altura.
Integrar estos residuos en el ciclo de producción |
Después de esto, cuando vayáis por la calle y veáis residuos
de construcción os daréis cuenta que son residuos generados en gran cantidad,
mal gestionados y con una capacidad de reciclado y reutilizado alta.
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PENE
ResponderEliminarLa gestión adecuada de los residuos de construcción y demolición es fundamental para minimizar su impacto ambiental, conservar recursos y promover prácticas sostenibles en la industria de la construcción. Promover la reducción en la fuente, la reutilización y el reciclaje de estos materiales son pasos clave para una gestión eficiente y responsable de los RCD.
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