Todos conocemos el estado en decadencia de las playas que
tenemos hoy en día. El turismo intensivo, las actividades de restauración, de
pesca, de buceo, etc. Degradan nuestras playas dejando tras de sí grandes
cantidades de residuos.
La playa, como sistema natural tiene sus funciones y sus
procesos geológicos. Los ríos cuando desembocan en la playa aportan los
sedimentos y las partículas que arrastran con el caudal que llevan y las
corrientes y mareas se encargan de distribuir y sedimentar esas partículas. Ese
balance sedimentario consta de ese equilibrio entre aportación de materia
particulada a la playa (arena) y su desaparición por la acción del viento que
las arrastra. Pues bien, las actividades humanas que se desarrollan en las
playas rompen ese equilibrio sedimentario haciendo aumentar la desaparición de
arena y dejando residuos llevando así a la contaminación y degradación de las
playas. Las arenas de nuestras playas no son naturales de por sí, son extraídas
de los ríos por empresas de áridos y aún así destruimos esa arena.
Como conclusión tenemos que ser responsables y cuidar las
playas en las que vivimos tantas cosas tanto en verano como en invierno y de la
que nos satisfacemos de un ambiente agradable y saludable y nos alegra la vista,
convirtiéndonos en la Costa del Sol y sus bellos paisajes litorales y costeros.
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