Aunque se hable de coches autónomos con relativa prontitud, aún queda mucho que hacer para que este tipo de vehículos se establezca como algo común en las carreteras. Existen numerosos problemas tecnológicos, sociales y legales que lidiar como para poder utilizarlos a plena seguridad.
Un
análisis realizado en la población da como resultado una desconfianza, inseguridad, miedo y estrés ante la conducción
autónoma por parte de los conductores. Ante las noticias del atropello de
una persona por un vehículo autónomo y la idea de conducir sin mirar a la
carretera, siembra el pánico en los españoles.
Opinión de conductores españoles
La
llegada de los coches autónomos no es sinónimo de cero accidentes y no
problemas en la carretera. Significa una nueva forma de conducción y
circulación por las carreteras en las que el vehículo conduce por ti.
Los
datos más relevantes del estudio no dejan en buen lugar a los coches autónomos.
Cada vez se habla más de este avance, pero
el 87,1% de los conductores españoles encuestados ni siquiera se compraría uno.
La realidad es que casi 8 de cada 10 conductores prefiere conducir, bien
por el placer de ponerse al volante (57,9%), bien porque confían en sí mismos
más que en la máquina (56,1%).
En
cualquier caso, aunque el coche autónomo se desarrolle tal y como lo prevén los
más optimistas (cercano al año 2030), los conductores no desaparecerán tan
rápido. Ocurrirá todo lo contrario, tendrán que instruirse cada vez mejor, ya
que siempre tiene que haber un responsable que sea capaz de coger los mandos.
Los conductores, aunque sean de vehículos autónomos, tienen que tener un
conocimiento de circulación y seguridad vial.
Formación de conductores
Los
profesores de autoescuela tienen que formarse mucho mejor para conocer toda la
tecnología actual. De esta forma, pueden transmitir mejor los conocimientos a
los alumnos. El escenario que se tendrá en el año 2030 o más, es el de la
convivencia del vehículo autónomo y el convencional juntos en la carretera. El
vehículo autónomo también puede manejarse manualmente, por lo que es necesario
que el conductor sepa manejarlo en todo momento.
Son
más personas de las encuestadas las que piensan que el vehículo convencional será mayoritario (43,4%), mientras que una
menor cantidad personas dicen que el vehículo autónomo dominará (23,7%).
Son
muchas las personas encuestadas que piensan que los turismos capaces de
manejarse por sí solos llegarán demasiado rápido a las carreteras. De hecho, el 36% de los conductores considera que
será necesario esperar entre cuatro u ocho años, mientras que un 27,8% cree
que estarán listos entre los años 2026 y 2030. Entre los menos optimistas, un
22,2% considera que lo hará a partir de 2031.
Algunos datos
Entre
los datos obtenidos por el estudio se recoge que:
·
El 30,2% considera el vehículo autónomo poco o
nada útil, el 26,4% se sitúa en un término medio y el 43,5% lo ve como bastante
o muy útil.
·
Sobre su viabilidad, el 34,6% entiende que será
poco o nada viable, el 20,6% mantienen una postura intermedia y el 44,8% creen
que es bastante o muy viable.
·
En caso de accidente, el 18,9% de los encuestados responsabilizaría exclusivamente al
conductor, el 33,9% únicamente al fabricante y el 47,2% la repartiría las
culpas entre ambos.
Sea
cual sea el escenario en un futuro cercano, habrá mucha controversia a la hora
de elegir cambiar el modo de conducción o quedarse con el actual.
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