Hoy en día es imprescindible el
uso de pesticidas en la agricultura si queremos producir más y de buena
calidad. Muchos cultivos están en peligro ante numerosas plagas de insecto y
demás que destrozan las cosechas. Ante un comercio extraordinariamente extenso
y una demanda de alimentos que hay que cubrir, los agricultores no se la pueden
jugar a que su cosecha se venga abajo por estas plagas. Ello lleva al uso
imprescindible de pesticidas y fertilizantes. El problema de estos pesticidas
es que tienen un efecto tóxico, como ahora veremos.
Los pesticidas en sí, se dividen
en varios elementos. Los insecticidas, los herbicidas y los fungicidas. Cada
uno tiene su propia utilidad y son prácticamente imprescindible si quieres que
la cosecha salga bien con el menor percance. El
problema reside en que estos pesticidas son contaminantes con efecto
tóxico.Para ser
específicos, son contaminantes orgánicos persistentes (COP).
Esto quiere decir que su degradación en el medio es muy difícil ya que la
composición de estos pesticidas es muy estable y pocos solubles en agua. Pensad
bien, si es muy poco soluble en agua, pasará como con el aceite usado que
vertimos por los fregaderos, no se disuelve, no desaparece, por lo que es
bioacumulable en el tiempo. Al ser muy persistente puede viajar transportándose
en el agua residual o bien filtrándose en la capa freática y contaminar las
aguas subterráneas de las que muchas ciudades se abastecen.
Estos pesticidas son productos
químicos derivados del benceno, organoclorados y organofosforados que son muy
estables químicamente y cuyos enlaces de unión entre moléculas son muy
difíciles de romper.
Como ya vimos en uno de mis
anteriores artículos de agricultura sostenible, es posible aumentar la producción
con técnicas que requieren el menor uso posible de estos pesticidas que son tan
contaminantes y que tienen problemas secundarios en los suelos y en el agua.
Estos contaminantes pueden hacernos graves daños en la salud provocándonos
enfermedades como:
- Cánceres y tumores: Cáncer de mama, cáncer del páncreas y aparición de la leucemia en la edad adulta.
- Alteraciones neurológicas: déficit de atención, problemas de conducta tales como agresividad, problemas de aprendizaje y deterioro de la memoria.
- Alteraciones endocrinas, teratógenas y mutágenas: riesgo para la reproducción, esperma anormal, abortos espontáneos, partos prematuros, bajo peso al nacer, alteración de la proporción del sexo de las crías, acortamiento del periodo de lactancia, y alteraciones menstruales.
- Otras enfermedades: mayor incidencia de diabetes, endometriosis, hepatitis, cirrosis, fibromialgia, sensibilidad química múltiple, etc.
No es muy disparatado decir que muchas de las enfermedades
que están actuando en mayor proporción cada vez sean producidas por el consumo
de frutas y verduras que previamente han sido rociadas por grandes cantidades
de estos pesticidas.
Nuestros productos aún contienen restos de pesticidas |
En Estocolmo, se hizo un tratado que entró en vigor en 2004
por el que se regulaba el uso de sustancias químicas muy contaminantes.
Declararon 12 sustancias altamente contaminantes, tanto, que fueron prohibidas
por su persistencia en el medio y su grave efecto tóxico. Entre esas 12
sustancias, 8 son insecticidas. Estos insecticidas son: Aldrina, Clordano, DDT,
Dieldrina, Endrina, Heptacloro, Mirex y Toxafeno.
En el caso del DDT
(Diclorodifenyl tricloroetano) es posiblemente el mejor pesticida orgánico
conocido, pero también el más tóxico. Fue desarrollado a principios de la
Segunda Guerra Mundial, y se utilizó inicialmente con gran efecto para combatir
la propagación de los mosquitos (malaria, tifus y otras enfermedades humanas
transmitidas por insectos) y como insecticida agrícola.
El DDT fue utilizado contra muchas plagas |
El DDT se acumula en los
organismos vivos. Se introduce rápidamente en la cadena alimentaria de los insectos
a los peces y a las aves. Provoca un metabolismo deficiente de calcio. En las
aves causa un adelgazamiento y aumento de la fragilidad de la pared de sus
huevos, haciendo disminuir su supervivencia. Colonias enteras de aves acuáticas
han sido reducidas por culpa del DDT que hoy día, aun siguen dando problemas, a
pesar de que en 1972 se prohibió su uso ya que este contaminante puede durar
décadas sin degradarse.
Cartel del uso del DDT contra el escarabajo de la patata |
Como podéis observar entramos en una polémica un tanto
razonable. La pregunta que nos hacemos todos es cómo podemos cubrir la demanda
de alimentos en una población cada vez más consumista, más creciente y a la vez
combatir plagas y malas hierbas que hacen poner en peligro nuestras cosechas y
disminuir la calidad de nuestros cultivos. Para empresarios que compran las
cosechas antes de su siembra deben de garantizarse un buen resultado, pero si
contaminamos suelo, agua, animales, plantas y a nosotros mismos, creo que hay
algo que falla. Utilizando las técnicas de agricultura sostenible y sofisticándolas
podemos hacer más eficientes nuestras cosechas sin dañar nuestra salud.
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Muy buena información.
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